NADA NOS PUEDE SEPARAR…
“Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro.” Romanos 8:38-39
Lagrimas se deslizaban por mis mejillas. Estoy sentada enfrente de mi computadora en el centro misionero, traduciendo una carta de un patrocinador a su ahijada. Imagino que tal vez sea una vista inusual.
Comienzo a pensar el por qué estoy llorando. La carta no fue escrita para mí. Yo simplemente soy responsable de transmitir los pensamientos originales del escritor al receptor, sin dejar que nada se pierda en la traducción. Pero a pesar que yo no soy el destinario final de las palabras en la página, me encuentro consolada por ellas. Hay semanas difíciles y esta era una de ellas. Claro, nadie a parte de Dios sabía los entresijos de mis luchas personales. Pero era como si el patrocinador que escribió esta carta, sabía.
“Aunque no siempre sea inmediatamente, Dios responderá a tus peticiones. Aunque no sea la manera que tú deseas, Dios responde en una manera que es mucho mejor de la que puedes imaginar. Tú tienes poder y yo creo que el Espíritu Santo quien está contigo te guiara al camino más increíble.”
Parece que está hablándome directamente, reconociendo mis luchas y dándome una palmada en mi espalda y alentándome a seguir adelante.
Pero eso no es la totalidad del porque fui conmovida. Es como si pudiera sentir el peso del amor que el patrocinador tiene y quiere entregar a su niña, una niña a quien nunca ha conocido en persona y aun cariñosamente le llama: “Mi querida y amada hija…”
Casi puedo imaginar al patrocinador mientras cuidadosamente considera y ora de cómo responder a lo que su ahijada compartió con él sobre la dura realidad y los gigantes que ellos enfrentan. Este no es un amor ordinario. Es un amor que no conoce límites y no tiene restricciones; es el amor de Jesús.
Y la cosa es que…todos fuimos formados por nuestro Creador para responder al amor. Estoy bendecida de ser testigo de una relación que está floreciendo entre un patrocinador y su ahijada dentro del amor de Cristo. El impacto en la niña es tan evidente que se muestra por medio de su correspondencia.
“Le agradezco por responder a mi carta y le pido que ore por mí. No dejare que el enemigo me conquiste; los amo mucho a los dos.”
“Vivo sola con mi mamá y hermano. Cuando era pequeña, mi papá me abandono y nunca recibí un regalo por parte de él. Mi papá nunca me visito en mis cumpleaños y tampoco cuando comencé ir a la escuela, pero tú te acordaste de mí.”
“Las cartas suyas y de su esposa son más preciosas para mí que ni cualquier apoyo material. Por favor deme algunos consejos de cómo superar cualquier dificultad que enfrente. Así como padres cuentan buenas historias a sus hijas, usted es como un padre que Dios me ha enviado.”
A pesar que la niña no interactúa tanto con su padre biológico, Dios le envió otro padre quien sería un canal de Su maravilloso amor. Y para ella esto es de mayor valor que ni cualquier otra cosa que el mundo puede ofrecer.
¡El impacto que ustedes tienen en la vida de sus ahijados el mucho más allá de lo que pueden imaginar! Hay una posibilidad que Dios lo use para tocar también a personas inesperadas. ¡Nada puede superarnos del amor de Dios! Cuán grande es su amor.
Si desea escribir una carta a su niño que está patrocinando, puede escribir en su papel personal de carta o en el papel de carta que está incluido. También pueden escribir en línea en www.coj.org.
Les pedimos que sean mensajeros de sueños y esperanzas durante estos tiempos difíciles.